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Israel y Egipto: ¿Nuevo frente de guerra?

Publicado: 2012-05-01

Por Sergio Paz Murga

El ambiente dentro del gobierno israelí no es para nada tranquilo. Si hasta hace un par de años la mayor amenaza para la seguridad del país era Irán y su programa nuclear, ahora Benjamín Netanyahu tiene que lidiar con un nuevo frente externo.

Lo de “nuevo”, ciertamente, es un decir, pues se trata de uno de los enemigos más antiguos de los israelíes: Egipto, el país más influyente del mundo árabe y musulmán.

La antigua nación de los faraones vive momentos de grave inestabilidad económica, social y política tras la caída de ‘rais’ Hosni Mubarak a inicios del 2011 por la llamada “Primavera Árabe” y su remplazo por una Junta Militar.

Aunque gobernó con puño de hierro a su gente, Mubarak fue un celoso guardián de la estabilidad en Medio Oriente y supo llevar con Israel una “fría paz” que alejó al país del fantasma de la guerra.

Hoy sus sucesores, los militares –muchos de ellos adeptos todavía al antiguo régimen–, han sido incapaces de mantener el orden interno y, peor aún, controlar la seguridad del territorio egipcio en zonas altamente vulnerables como la península del Sinaí.

En poco más de un año, los servicios de inteligencia de EEUU, pero sobre todo de Israel, han alertado el aumento de grupos extremistas islámicos de toda índole: Desde los simpatizantes del movimiento palestino Hamás, hasta terroristas vinculados a la red Al Qaeda.

Según el Mossad israelí, la situación se ha agravado todavía más tras el fin, el pasado mes de enero, del estado de emergencia que por tres décadas vivió Egipto y que permitía a la Policía detener a cualquier sospechoso sin presentar cargos.

La ley había sido implantada por Mubarak luego del asesinato del presidente Anwar Al Sadat en 1982 por parte de extremistas vinculados a los Hermanos Musulmanes.

Para los servicios secretos israelíes, los islamistas radicales están aprovechando la flexibilización de la seguridad en el país árabe para trasladarse a un territorio vasto, perfecto para instalar campamentos de entrenamiento.

Según información revelada por el diario israelí The Jerusalem Post, desde la caída de Mubarak en enero del 2011 se han registrado alrededor de 15 explosiones contra los gasoductos que llevaban energía del territorio egipcio al israelí –hoy cancelados–.

Además, los extremistas han aumentado sus ataques contra la policía egipcia y se han incrementado el secuestro de turistas extranjeros.

El responsable de la Inteligencia Militar, el general de División. Aviv Kochavi, reveló que las Fuerzas de Defensa de Israel han frustrado 10 planes terroristas diferentes para atacar el país desde el Sinaí en los últimos dos meses.

Meses atrás ya comenzaron a lanzarse desde el Sinaí proyectiles que han impactado en ciudades israelíes como Eilat, en el extremo sur del país.

Ante la peligrosa situación, el gobierno de Netanyahu ya lanzó un aviso para que los israelíes abandonen cuanto antes el Sinaí, en donde se ubican importantes y lujosos centros turísticos visitados por miles de turistas judíos durante el curso del año.

“El Sinaí se ha convertido en una zona de terrorismo y debemos actuar ante ello”, manifestó el primer ministro en una de las declaraciones más fuertes sobre la situación en la frontera sur.

Un mayor peligro

Mientras tanto, el canciller Avigdor Lieberman, ha advertido que la situación en Egipto tras de la revolución del año pasado constituye un peligro mayor para Israel que el programa nuclear iraní.

Lieberman, conocido por sus posturas radicales, quiere reforzar la presencia militar en el sur del país, a lo largo de la frontera con Egipto, para que Israel esté preparado para cualquier escenario que pueda darse a partir de ahora.

Hasta ahora, Egipto ha informado a Israel el traslado de cuatro batallones blindados al Sinaí para combatir las células islamistas pero la noticia ha sido recibida con cautela en Jerusalén.

Por los acuerdos firmados en 1979, Egipto se comprometió a mantener desmilitarizada la región que por décadas sirvió como una plataforma para agredir al territorio judío. La actual coyuntura obliga a cambiar los términos de ese balance estratégico.

Las autoridades israelíes temen que con la elección de un nuevo presidente en las próximas semanas –vinculado a los Hermanos Musulmanes o a los salafistas– Egipto decida enviar de forma unilateral más tropas a la región o, en el peor de los casos, romper el acuerdo de paz.

Lieberman asegura que es momento de preparar a las tropas, aunque Netanyahu no ha dado órdenes para movilizaciones masivas, algo no visto desde 1973 cuando estalló la guerra del Yom Kippur.

Las relaciones diplomáticas, mientras tanto, se mantienen en su punto más bajo luego que una turba ingresara a la embajada israelí en El Cairo en agosto del 2011 para protestar por la muerte de cinco policías egipcios en la frontera.

Hasta el momento, el embajador sigue trabajando desde la habitación de un hotel cairota porque ha sido imposible que alguien le alquile o venda un inmueble en la capital egipcia.

Y es que pese a tres décadas de paz, los egipcios ven con recelos a un vecino con el que “tienen” que llevarse bien, pero al que critican por sus excesos militares en la región. Sino que lo digan los palestinos, sus hermanos árabes.


Escrito por

mundomula

Sergio Paz Murga, profesor y periodista. Tengo una curiosidad infinita por lo que pasa en el mundo.


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